Aunque el mes aun no ha acabado, siento la necesidad de hacer un recuento de las cosas que han pasado. Y es que la vida se ha encargado de darme el montón de lecciones, al mismo tiempo. He aprendido que hay que tener limites, y saber cuando decir "basta". He aprendido que la intuición vale más que cualquier racionalidad. He aprendido que a veces, todo lo que necesita es un empujoncito para sacar a una persona de la miseria; sin embargo, también aprendí que solo las personas que quieren ser ayudadas, son las que merecen ese empujoncito. He aprendido que ser feliz es la meta, y que depende de nosotros llegar a ese lugar. He aprendido que quien quiera que este allá arriba, tiene sus maneras de hacer funcionar las cosas, y que la vida tiene una manera muy particular de devolverte el bien (y el mal) que has hecho. He aprendido que, aunque pensé que estaba sola, me encuentro más acompañada que nunca. He aprendido que no siempre la familia es lo que debería, pero que cuando están, están para siempre y sin importar qué, y lo agradezco. Por último, he aprendido que la vida es una sola; la felicidad es la meta; los problemas nos buscarán por si solos así que mejor mantenerse alejados de ellos. He aprendido tantas cosas que no se ni como plasmarlas en escrito, así que dejaré que se queden en mi mente y en mi corazón.
He aprendido que aún me quedan muchas cosas por aprender, la vida es un aprendizaje continuo que no termina nunca, y que mientras más sabes, más preguntas tienes, pero así es la vida.
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